Hola a todos, hacía muchísimo tiempo que por razones de trabajo y ganas no aparecía por mi blog. He estado un tiempo bastante perdido por aquí, pero intentaré retomar la actividad poco a poco.
Hubo un tiempo que no sabía qué escribir, qué contaros para aportar valor, pero después de un tiempo de reflexión, he optado por abrir una serie de lo que realmente se me da bien dentro del Marketing Digital, el Growth Hacking.
No quiero escribir para hacer SEO, si me encuentras bienvenido, eres un afortunado porque estarás leyendo y viendo vídeos (a ver sí es verdad y me pongo) que pocos te van a contar.
Mostraré números, estadísticas, casos reales, de clientes y míos. Paso de enfocar mi blog personal, mi marca personal, al SEO, a contentar a algoritmos, me tienen cansado ya, prefiero ser como soy en la vida real aquí, en mi pequeño rincón en internet y abrir mi cajón de recursos para mostraros mis conocimientos y sobre todo, mi parte más personal.
Voy a partir este artículo en varios puntos, contando qué es el Growth Hacking así muy rápido, hablaré de mi experiencia personal haciendo estrategias muy guapas y por último, una sorpresita.
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¿Qué es el Growth Hacking?
Pues hay muchísimas definiciones y al final todas llegan más o menos al mismo punto, que es bajo el mínimo esfuerzo y presupuesto lograr los mayores resultados y tienen razón, yo también comparto esta definición para refererirme a esta materia, pero, viendo lo visto, hay pocas páginas y pocos canales de YouTube en habla hispana que se metan de lleno a contar estrategias, a revelar trucos y creo que es una carencia que tengo que aprovechar.
Mi experiencia como Growth Hacker
Para contarte mi experiencia personal, voy a contarte una historieta inventada para la ocasión. Un ejemplo sobre cómo hacer Growth Hacking en tu día a día.
No es muy completo, pues tampoco es cuestión de hacer un artículo aquí más largo que un día sin pan, simplemente unos párrafos en los que me de tiempo a ilustrarte cómo ir atando cabos sobre conocimientos que vamos adquiriendo en el día a día y cómo ponerlos en práctica en cuanto tengamos ocasión.
Para mí, el Growth Hacking es un estilo de vida, es mi forma de vida. Cada vez que estoy navegando por internet, en cualquier web o app o canal, se me ocurren ideas de cómo usar lo que estoy viendo en diferentes estrategias, aplicarlo a diferentes proyectos y es que, un Growth Hacker, es como el artista más loco que existe.
Tu creatividad tiene que ser capaz de unir materias, acciones y elementos, a veces impensables, hacer que todos casen bien entre si, para dar a luz estrategias con resultados excelentes.
Growth Hacking como forma de vida
Me he dado cuenta que cada vez que un cliente me contrata, por ejemplo para diseñar una web, acabo haciéndole una estrategia de contenidos, haciéndole un diseño de publicaciones para Instagram, consiguiendo seguidores en Facebook con grupos, en fin, acabo haciéndole un poco de todo terreno, que aunque me lo agradezcan mucho, no puedo evitar meter de lleno en estas movida, lo llevo dentro.
Que estés haciendo un proyecto concreto y que se te vengan millones de ideas complementarias a la cabeza no es malo, eso quiere decir que tu creatividad está a tope. Es lo que me pasa siempre.
Imagina que una empresa de venta de productos para embarazadas quiere que le hagas la página web y para inspirarte te pones a ver otras páginas web del sector, algunas más modernas, de otros sectores, no sé, lo típico y de repente, no sabes cómo, acabas viendo un vídeo de YouTube que hablan de embudos de ventas y piensas, joder lo que se me acaba de ocurrir.
Entonces, te das cuenta que podrías desarrollar en la web un sistema que permita a través de una serie de parámetros, calcular el día exacto que va a dar a luz (quizás sea una tontería, lo acabo de pensar sobre la marcha) y que para ver el resultado se lo mandas a su email y si quiere, al de su pareja también.
Imagina ahora, que la empresa te da luz verde para desarrollar este plus para la web. Ahora empiezan a promocionar su producto GRATUITO por redes sociales y claro, como es gratis, la peña irá fácilmente a probarlo.
Empiezan a recibir correos de mamis que van a dar a luz, como muy tarde, en 9 meses, imagina que llegan 1.000 correos y que de esos mil correos, 400 han añadido a su pareja, en total 1.400 correos.
JODER QUE PELOTAZO ?
Pues lo que en principio se convirtió en un contrato para el diseño de la web, ahora podría convertirse en un contrato de larga duración como desarrollador de negocio digital dentro de esta empresa.
Porque con una simple acción, has conseguido 1.400 clientes potenciales, segmentados y que están calientes por comprar productos de embarazadas y de futuros padres.
¿Qué quiero decir con esto? Muy sencillo, el Growth Hacker siempre va más allá, más que una disciplina del Marketing, es una forma de vida, es la personalidad de cada uno, su actitud a la hora de enfrentar retos.
Con un sencillo ejemplo 100% inventado, te he dejado ver por dónde van los tiros del Growth Hacking.
¿Cómo ser un Growth Hacker?
Para convertirte en un Growth Hacker, debes conocer, no a fondo, muchas materias dentro del Marketing Digital, como pueden ser el SEO, el diseño gráfico, Redes Sociales, conocimientos de analítica web y sobre todo, para mi lo más importante, saber copiar a los que lo hacen bien, punto.
Si sabes llevar lo que ha funcionado en otras empresas a la tuya o la de un cliente, en la mayoría de los casos acertarás.
No es copy paste tal cual, no te equivoques, así cualquiera estaría triunfando en su negocio y no es el caso. Me refiero más que a copiar, saber adaptar una estrategia ganadora.
Enfocarla desde el punto de vista de la empresa, darle el tono que se usa en su comunicación, culturizarla con nuestra cultura empresarial, ponerle nuestros colores, nuestra firma, hacerla 100% propia, porque copiar es fácil, lo que no es fácil es saber copiar.
Para ser un Growth Hacker hacen falta muchas horas de investigación para que cuando veamos algo, una imagen, un diseño, un anuncio, se nos encienda rápidamente una bombilla que diga ¡ostias, esto es la caña, me lo quedo!